lunes, 18 de noviembre de 2013

DEL DICHO AL HECHO



La ventana de oportunidad aún existe para introducir las reformas coyunturales y estructurales


IGOR HERNÁNDEZ |  EL UNIVERSAL

Martes 12 de noviembre de 2013  

Para 2035, la expectativa de organismos como la Agencia Internacional de Energía es que los precios del petróleo se encuentren sobre los US$ 140 por barril para los marcadores WTI y Brent, aunque es necesario destacar que los nuevos desarrollos tecnológicos (asociados mayormente a la industria del gas y el petróleo no convencional) pueden, hasta cierto punto, afectar dichas proyecciones.

Ante este escenario, es razonable el objetivo desarrollar nuestro potencial como país productor de crudo. Al ritmo actual observado en Venezuela, nuestras reservas probadas alcanzarían para extraer petróleo por los próximos 250 años, y con un monto de inversión por barril comparativamente menor al de otros países productores de crudo que puede sustituir al extra-pesado. Observadas las metas de producción de Pdvsa (6 millones de barriles a 2019) cabe preguntarse cuál puede ser la factibilidad de dichos planes, dado el estancamiento observado en los últimos años. Es posible aproximarse a una respuesta si se consideran algunos factores, aunque la lista no es exhaustiva.

Se observa que en los últimos años PDVSA ha tenido un aumento significativo tanto en sus niveles de deuda financiera (de casi US$ 3.000 MM en 2006 a US$ 40.000 MM en 2012), como con proveedores y un crecimiento sustancial en el financiamiento que ha obtenido a través de BCV. Lo anterior, además de los recientes acuerdos de financiamiento con algunos socios de Empresas Mixtas y proveedores, generan la señal de un limitado espacio para incrementar las inversiones (planteadas en US$ 257.000 MM entre 2013 y 2019, donde PDVSA cubriría el 81% de esto), al menos si se mantiene el desvío de recursos hacia áreas no vinculadas al negocio petrolero. Además de esto, es posible mencionar problemas como la estructura de gobernabilidad, vinculada a temas como la comercialización del petróleo y la contratación de bienes y servicios, el pago a los proveedores y la disponibilidad de insumos, que han generado retrasos en los principales proyectos de desarrollo (por ejemplo, la producción en los nuevos campos de la Faja del Orinoco puede estar en un nivel inferior al 20% de lo que estaba planteado para 2013). Otro elemento a tomar en cuenta es la incertidumbre fiscal e institucional (vinculada al tema de las expropiaciones, por ejemplo) que nos ha llevado, según una encuesta sobre entorno favorable a la inversión del Fraser Institute del 2012, al lugar 146 de 147 países y regiones considerados en la muestra, lo que refleja las dudas de socios y proveedores de apoyar las metas propuestas. Finalmente, se ha observado que la productividad de la industria ha mostrado una declinación significativa, lo cual está asociado en gran parte a temas como la insuficiencia de infraestructura conexa, personal calificado y de insumos para la industria, entre otros.

La ventana de oportunidad aún existe para introducir las reformas coyunturales y estructurales necesarias, pero en la medida en que se posterguen estos cambios, entre el dicho y el hecho todavía existirá un gran trecho.

Coordinador del Centro Internacional de Energía y Ambiente - IESA

@ihernandezr11


 @columnisyp_deop

No hay comentarios:

Publicar un comentario