sábado, 26 de octubre de 2013

OPERA CORRUPCIÓN



 

Ni señales se observan en la recuperación del ícono cultural arquitectónico

ALBERTO JORDÁN H. |  EL UNIVERSAL

Viernes 25 de octubre de 2013  

En 27 años de tiranía, Juan Vicente Gómez hizo del caserío Maracay emblemática Ciudad Jardín, engalanada con prestigiosas obras arquitectónicas, entre las cuales se destacan las culturales. A ella trasladó en 1917 la Capital de Aragua, asentada en la histórica La Victoria, que lo fue también de la naciente República en 1812. Y desde hace un siglo (23 de septiembre 1913) se convirtió en sede del Poder Ejecutivo Nacional, con instalación aquí del Presidente de Estados Unidos de Venezuela.

El 24 de junio de 1926 inauguró el Teatro Circo (luego denominado Ateneo) con capacidad inicial de 450 personas, para una población de 11 mil habitantes. Después encargó una sala de conciertos al arquitecto Luis Malaussena. Éste, inspirado en el Teatro de la Ópera de Charles Garnier de París, inició la construcción en 1932 con su distinguido colega Carlos Raúl Villanueva.

La muerte del dictador provocó paralización de la obra y a los 40 años inauguró el presidente Rafael Caldera lo que sería el Teatro la Ópera de Maracay. El autocrático régimen militar ordenó su cierre en 2009, con el pretexto de restauración.

En vez de la manifestación arquitectónica nacional, tal es reconocido, fue convertido en un monumento a la corrupción. Inicialmente anunciaron la inversión de 10 millones de bolívares; luego otra de 22; una tercera de 30 y la última de 48 millones.

Ni señales se observan en la recuperación del ícono cultural arquitectónico, en cuya construcción la dictadura gomecista realizó la que en su época resultó una elevada inversión: dos millones de bolívares.

Así como se condujo a ruinas a la histórica Casa del Marqués de León, en el escenario teatral, en lugar de la actuación artística opera la corrupción.

Jordanalberto18@yahoo.com


 

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