Hay quienes fueron
entrenados para estar siempre detrás de un balón o una pelota
ARGENIS
ANGULO | EL UNIVERSAL
Sábado 26
de octubre de 2013
A todos
nos gusta jugar, cada cual con su tipo de juego, según su personalidad y
energía.
Algunos
prefieren los deportivos, otros los virtuales o los psicológicos. Lo que ha de
estar claro es que todos siempre jugamos; incluso, sin saberlo.
Hay quienes fueron entrenados para estar siempre detrás de un balón o una pelota; no conciben la vida si no tienen en frente algo que perseguir. A su vez, otros frente al mismo balón, lo entienden como algo que dirigir, que mover, que desplazar hasta un punto deseado. También están los que creen estar fuera del juego. Dicen no involucrarse; prefieren comprar un ticket para verlo desde las gradas; "yo no juego, solo observo".
¡Qué miopes! No saben que los jugadores más importantes son ellos. Que el juego no se celebra si no hay quien aplauda, que si no están, el partido pierde sentido.
Del mismo modo, todos jugamos una posición diferente en la gran cancha. Cada uno tiene su rol, su perspectiva y su valor para el éxito de la jugada; y solo cuando lo entendemos reconocemos al que está en la más lejana de las gradas, como un miembro de equipo cuyo rol es estar en ese mismísimo punto ondeando una bandera.
El desafío se da cuando unos no son capaces de ver, valorar y reconocer el rol de los otros, dentro o fuera de la cancha; dirigiendo el balón o evitando su llegada; concentrados en silencio o gritando a todo pulmón. Siempre estamos jugando. Seguramente alguien dibujó en su plan nuestra posición con nuestro nombre, y no tienes que saberlo; sin embargo cuanto poder derrochar quien juega desde la conciencia.
Cada uno de nosotros hoy participa en varios juegos simultáneamente; así que alerta, si no lo sabes, puedes estar anotando para el equipo contrario.
argenisangulo@gmail.com
Hay quienes fueron entrenados para estar siempre detrás de un balón o una pelota; no conciben la vida si no tienen en frente algo que perseguir. A su vez, otros frente al mismo balón, lo entienden como algo que dirigir, que mover, que desplazar hasta un punto deseado. También están los que creen estar fuera del juego. Dicen no involucrarse; prefieren comprar un ticket para verlo desde las gradas; "yo no juego, solo observo".
¡Qué miopes! No saben que los jugadores más importantes son ellos. Que el juego no se celebra si no hay quien aplauda, que si no están, el partido pierde sentido.
Del mismo modo, todos jugamos una posición diferente en la gran cancha. Cada uno tiene su rol, su perspectiva y su valor para el éxito de la jugada; y solo cuando lo entendemos reconocemos al que está en la más lejana de las gradas, como un miembro de equipo cuyo rol es estar en ese mismísimo punto ondeando una bandera.
El desafío se da cuando unos no son capaces de ver, valorar y reconocer el rol de los otros, dentro o fuera de la cancha; dirigiendo el balón o evitando su llegada; concentrados en silencio o gritando a todo pulmón. Siempre estamos jugando. Seguramente alguien dibujó en su plan nuestra posición con nuestro nombre, y no tienes que saberlo; sin embargo cuanto poder derrochar quien juega desde la conciencia.
Cada uno de nosotros hoy participa en varios juegos simultáneamente; así que alerta, si no lo sabes, puedes estar anotando para el equipo contrario.
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