sábado, 26 de octubre de 2013

YA LO SABEN





JOSÉ ANTONIO GÁMEZ E. |  EL UNIVERSAL

Viernes 25 de octubre de 2013  

 Es evidente que el nerviosismo ronda los intríngulis del régimen. Este mandado no levanta, y una gran parte de los candidatos rojos que aspiran ganar una alcaldía o una curul municipal, no quieren que el ilegítimo los palmee ni por Internet. Así como el comandante muerto era tildado de portaaviones, el mandatario mandado parece que es un submarino; hunde lo que lleva encima. Ni los más fieles, como son el ministro de Información o el histérico loquero, se atreven a tomarse una foto con el ilegítimo.

Lo que sucede con el régimen es crónica de una muerte anunciada. Los liderazgos que galvanizaba el comandante muerto con tan solo levantar el brazo de cualquiera de sus compañeros, no es más que el recuerdo de un pasado que no volverá. No volverán. Teniendo en cuenta que uno de esos brazos fue el del alcalde de Valencia, el actual chivo expiatorio del proceso. Después de lo develado recientemente, no estamos seguros que la metodología pueda ser patentada por el PSUV.

Parece que la peor crisis que enfrenta el mandatario es la económica; para algunos como el presidente de Datanálisis, es la única. No hay duda que el impacto de la crisis económica, tiene unas consecuencias que no se habían experimentado en el país en los últimos años de bonanza petrolera. Pero la peor crisis que enfrenta el mandatario mandado y sus cómplices, es la crisis de liderazgo. Con la excepción de algunos gobernantes regionales, el PSUV carece de liderazgo. Cada vez se parece más a un saco de gatos, de Don Gato y su pandilla.

La falta de liderazgo es un verdadero callejón sin salida. Por mucho que se intente comprar conciencias y aplicar a todas las divergencias políticas el estilo descabellado y estalinista, no hay estructura partidista que aguante tanta mediocridad disfrazada. Mucho menos cuando escasea el lubricante de petrodólares, que con tanto acierto utilizaba el comandante muerto. Pero el comandante y sus petrodólares tampoco volverán ¡No volverán!

Las amenazas descabelladas contra el principal líder del país democrático, son una muestra bastante palpable de la decepción reinante. Hablar de celdas y castigos, al mismo tiempo que se acusa de chantajes y conspiraciones, son propias de mentes obcecadas con el poder, sin autoridad moral. Es el uso de la fuerza bruta, pura y dura. Los líderes democráticos saben que en los próximos meses se desatará una persecución sin precedentes. A diferencia de ocasiones anteriores, el reconocimiento de este peligro, no se hace desde la actitud ingenua del niño explorador. El liderazgo unitario, sabe que su apoyo es mayoritario y que el régimen no cuenta con el peso para aplastar esta mayoría.

Un asunto que se hace cada vez más evidente es que, quien ha ido perdiendo poder real en toda esta huida hacia adelante del régimen
¾de marca cubana¾ , es el más descabellado. Eso explica, las crisis de ira ¾de verdadera amargura¾, con que reacciona ante la intervención de un diputado opositor, o ante la pregunta interesada de cualquier periodista que hace su trabajo. No hay duda de que hay mucho odio contenido, especialmente contra el comandante muerto, que obviamente se equivocó al escoger su sucesión. Aunque es evidente que la elección fue de Raúl.

Lo que los fanáticos de los estudios de opinión no han advertido, es que es muy diferente la actitud de la población cuando tiene una opción alternativa, claramente identificada, con un líder visible y con verdaderos representantes dentro del tejido social; que cuando no la tiene. Lo que no reflejan todavía los estudios de opinión es que el liderazgo democrático comenzó nuevamente a recorrer el país y, todavía más importante, empezó a encontrar una resonancia de su mensaje de progreso que no puede ser ignorada por el régimen.

La simple idea de cambio, del cambio que viene; no por imposición, ni por conspiración, sino por mandato popular, hace que los miembros de la "nomenklatura" tiemblen. El pavor busca generar más miedo, y los más aterrorizados son siempre los terroristas. Los terroristas del régimen saben, ya lo saben, que el cambio es inevitable. Los usurpadores del poder también lo saben; las elecciones del 8-D son en realidad un plebiscito, y hay suficientes elementos que muestran la ilegitimidad de origen del mandado. Estos dos hechos son cada vez más patentes.

La cúpula roja lo sabe, ya lo sabe. Conocer la verdad no nos hace necesariamente actuar con coherencia, especialmente cuando la razón está distorsionada por el resentimiento ideológico. En los meses que vienen seremos testigos de las más descabelladas e inmaduras acciones del régimen; pero no hay que temer, aunque parezca que ellos saben algo que nosotros no, en realidad están reaccionando al cambio que viene, y en el que no tienen cabida; ¡Ellos lo saben, ya lo saben!

jgamez@alumni.unav.es

@vidavibra


 

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